Cómo definir objetivos para alcanzar tus sueños.
¡Conoce las principales reglas de oro para definir un buen objetivo y lograr cualquier meta en tu vida!
Siguiendo con el tema de los objetivos, y como te comenté en el post anterior, de nada sirve hacer todo un listado de objetivos aplicando técnicas y estrategias que abundan por ahí, si no proceden desde tus valores y tus propios recursos.
De manera que, el autoconocimiento es una clave esencial para saber lo que queremos en realidad, y orientarnos coherentemente para conseguirlo.
Conocer nuestras fortalezas y debilidades es un buen punto de partida para definir un buen objetivo, y evitar que «las expectativas poco realistas» frustren nuestros sueños.
También es un paso previo y necesario para defnir un objetivo con éxito.
Así que, superada la fase de autoconocimiento, procedemos a definir nuestros objetivos de forma inteligente.
Tener un objetivo bien definido nos sirve de guía para dar sentido a la vida, nos dá el impulso para ponernos en movimiento y así obtener la recompensa, esa recompensa nos hace sentir más felices.
Define objetivos con eficacia: OBJETIVOS SMART.
Un objetivo inteligente es aquel que defines lo que quieres conseguir, de manera detallada y específica, dentro de un tiempo determinado y con ciertas características que te indican el avance, o como mínimo, que vas en buena dirección de conseguirlo.
Por lo tanto un objetivo inteligente o SMART (siglas en inglés) es el que cumple con los siguientes puntos:
- Específico (Specific): Define tu objetivo en tiempo presente, de forma clara y detallada. Nada de generalizaciones, ni frases vagas.
- Medible (Measurable): Define criterios que te permitan identificar tu progreso, ya sea físico y/o emocional.
- Alcanzable (Achievable): Tu objetivo tiene que ser algo que creas posible alcanzar, que te motive a salir de tu zona de confort, sin que te sobrepase el exceso de ambición o entusiasmo.
- Realista (Realistic): Este punto también se conoce como Relevante. Básicamente, considera los recursos que tienes y los que necesitas para alcanzar tu objetivo. Este es un buen momento para evaluar que esté en sintonía con tus valores.
- Tiempo determinado (Time-bound): Defínelo dentro de un período de tiempo determinado, un inicio y un fin. Si tu objetivo no tiene limitaciones de tiempo se puede «diluir» en la nada, quedarse en el deseo sin acción.
Veamos un ejemplo muy común.
Objetivo: «Quiero dejar de fumar».
Esta sencilla frase es muy genérica, no es específica, es vaga, orientado de manera negativa, y dá pie incluso a cierta ambigüedad. Puede tener múltiples interpretaciones: «dejar de fumar un día, dejar de fumar los lunes, el fin de semana, por las mañanas, los lunes por la mañana, etc».
Objetivo inteligente: «Quiero estar más saludable. Para ello fumaré 3 cigarrillos menos cada semana, haré 15 minutos de meditación cada día para asegurar mi proceso, y en 6 meses prescindir de fumar.»
Como ves en esta definición hay un sentido más claro de lo que se quiere conseguir y tiene una manera cuantificable de medir el progreso.
PONLE CEREBRO Y EMOCIONES A TUS OBJETIVOS.
El cerebro está diseñado para mantenernos con vida, no le gusta la incertidumbre, por tanto donde vé huecos de información se encarga de rellenarlos con «sus propias historias» (acá se incluyen las justificaciones, excusas, autosabotaje, etc). Y por otro lado, le encanta «conseguir cosas».
¿Cómo podemos sintetizar todo esto? El cerebro es el que dirige la conducta (hay muchas otras consideraciones detrás, pero no entraremos en ellas).
Aquí está la esencia para fijar exitosamente un objetivo.
Comprender y proporcionar, en lo posible, la información necesaria para que tu cerebro no se distraiga, y reconocer, a través de tus emociones lo que le encanta, son dos factores claves para el desarrollo de una buena estrategia para alcanzar tus objetivos.
Para que comprendas un poco más cómo funciona este sistema, y te permita definir un buen objetivo, lo separaremos en tres fases: DESEO (amígdala), ACCIÓN (dopamina) y SATISFACCIÓN (serotonina).
- El deseo: es el que se activa en la Amígdala (sistema límbico) y se encarga, entre otras cosas, de procesar las reacciones emocionales. Cuando esto ocurre se libera la dopamina y se pasa a la siguiente fase: acción.
- La acción: es lo que se produce al activarse la Dopamina, que actúa como motivador y regulador del placer en el cerebro. Esto nos hace sentir las ganas de hacer o repetir las acciones que nos hace sentir bien. Tambien interviene la Adrenalina.
- La satisfacción: como resultado de todo el proceso, de haber conseguido nuestro objetivo, se libera la Serotonina, responsable de nuestros estados emocionales, jugando un papel importante en la sensación de felicidad, bienestar, autoestima, autoconfianza y sentido de propósito en la vida.
CONCLUSIONES .
Tener metas en la vida, hacer por conseguirlas y conseguirlas te hará sentir más feliz, mejora tu autoestima, tu confianza, tu seguridad y tu bienestar en general.
Tener objetivos te proporcionará una directriz en tu vida. Share on X
Tómate el tiempo necesario para reflexionar sobre lo que quieres conseguir, qué quieres hacer o quién quieres ser.
Ahora ya tienes la visión general de cómo establecer tus objetivos de manera inteligente.
Resumiendo, las reglas de oro:
- Es importante que conozcas tus valores, creencias, tus prioridades, lo que te apasiona, fortalezas, tus miedos y tus debilidades (autoconocimiento).
- Define tu objetivo teniendo en cuenta:
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- Usar un lenguaje positivo.
- Defínelo en base a qué quieres ser, hacer, tener.
- Usa la metodología smart: QUÉ, CUÁNTO, CÓMO, PARA QUÉ, CUÁNDO.
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- Presta atención a tus pensamientos y emociones durante el proceso. Ya dispones de información básica de cómo funciona tu cerebro, ahora es ir poniendo atención a todo ello para que hagas los reajustes necesarios y consigas las metas que te propongas.
¡Ahora sólo queda crear el PLAN DE ACCIÓN! (siguiente post)
