¿QUÉ ES EL EGO? – ¿Existe el ego positivo?
Particularmente hablar sobre el EGO me parece muy interesante. Es un tema que tiene múltiples interpretaciones o acepciones, desde la óptica de la psicología hasta el punto de vista filosófico y el espiritual.
Todos hemos escuchado versiones sobre el ego… que es malo, muy malo, que es bueno, que es un villano, que es nuestro enemigo… y todas pueden tener «su razón» pero, ¿cómo podemos tratar de entender, en esencia, qué es el ego?. Hoy quiero darte unas primeras ideas introductorias al respecto.
Sigmund Freud popularizó el concepto de «ego» como uno de los componentes básicos de nuestra personalidad.
El ego generalmente se ve como la parte de nosotros mismos que percibe la realidad y toma decisiones conscientes para actuar frente a la misma.
El ego es la conciencia que tenemos de nosotros mismos y la identidad que mostramos frente a los demás. Desde el punto de vista psicológico el ego es el “yo” y está formado por nuestras experiencias, así como por nuestras debilidades, fortalezas, miedos, percepciones, actitudes, recuerdos y temores.
En línea con esto, el ego define nuestra identidad, nuestro concepto de autoestima y la importancia que nos damos a nosotros mismos.
Nuestro ego tiene la capacidad de influir en todas las decisiones que tomamos y en las acciones que marcan nuestro destino. Es fundamental comprender la relación que tenemos con nuestro ego, para poder darnos cuenta de cómo nos influye y evitar convertirnos en esclavos de él.
El ego según…
Una pincelada espiritual:
Según las filosofías orientales el ego es un obstáculo para el despertar espiritual, ya que nos impide llegar a la esencia de las cosas, por lo que estas filosofías recomiendan eliminar el ego.
Para los budistas, por ejemplo, el ego es una ilusión, una percepción que debe superarse para percibir mejor la realidad.
Para eliminar el ego no tenemos que enfrentarnos a él sino que debemos transformar nuestra voluntad de dominar a los demás y reconciliarnos en profundidad con nosotros mismos para evitar actuar de forma egoísta.
Una pincelada psicológica:
Se puede decir, gracias a la teoría del psicoanálisis que, dentro de nuestra personalidad tenemos un “yo” superior: altruista, generoso y que no sucumbe a las mezquindades, y un “yo” pequeño: el ego, que es egoísta, posesivo y que ambiciona tener poder y controlar a los demás.
Si bien es cierto que el ego es el responsable de que una persona vele solo por sí misma, no reconoce a los demás, no conecta con las necesidades de los otros y dificulta las relaciones personales favorables, existe otra parte que no es en absoluto así.
El ego en sí mismo no es dañino, ya que nos ayuda a luchar, a tener una personalidad fuerte y abrirnos camino en la vida.
La clave está en encontrar el equilibrio perfecto para controlar el ego y sacar la parte positiva del mismo.
Ego saludable, ¿qué es y cómo funciona?
Un ego fuerte no es necesariamente malo.
Por ejemplo, todos los líderes tienen que tener una fuerte autoestima y confianza en sí mismos. Con ello, no solo contribuyen a su propio progreso, sino que también inspiran a los demás, los motivan y los hacen superarse.
Las personas que tienen un ego saludable tienen conciencia objetiva de sí mismas, conocen sus propias limitaciones y defectos y saben cuidarse física y emocionalmente.
Además, tienen la capacidad de alegrarse de los éxitos de los demás, así como de preocuparse por los otros y de escucharlos en caso de ser necesario.
Las personas con un ego positivo también admiten sus errores con humildad, están predispuestas a aprender, a rectificar y a superarse constantemente.
Otra de las características de las personas con un ego positivo es su capacidad para gestionar sus impulsos, su flexibilidad para actuar frente a los hechos que se le presentan y su empatía para valorar las necesidades de los demás y saber responder en consecuencia.
El resultado de todo ello es una persona con un ego positivo, que consigue tener un comportamiento maduro, con el que puede evolucionar constantemente, siendo una persona feliz que hace la vida más placentera no solo para él mismo sino también para todos los que lo rodean.
Ego negativo, ¿qué es y cómo funciona?
Un ego negativo se manifiesta a través de prejuicios, críticas, dudas constantes, resentimiento e intento de defensa contra las experiencias negativas de nuestra vida (desgracias o resentimientos pasados).
Todas estas situaciones que nos han atormentado o angustiado en el pasado nos atrapan a través del ego, empujándonos a actuar únicamente en defensa de nuestro «yo», sin ser capaces de ver las cosas en su verdadera esencia.
Este ego negativo es una fuente constante de sufrimiento, dado que no somos capaces de acercarnos a los demás ni de superar con madurez nuestros problemas pasados, todo ello provoca la incapacidad de ser feliz y de vivir en armonía y bienestar.
Para controlar el ego malsano tenemos que ser capaces de superar los comportamientos inmaduros, aprender de los errores y no vivir anclados en el pasado o en experiencias negativas.
El ego como parte integral de nuestra vida
Para poder ser personas más responsables en nuestra vida y conscientes de nuestro desarrollo personal no es necesario eliminar el ego, ya que éste forma parte de nosotros mismos y nos acompaña siempre de forma inevitable.
Por el contrario, la tarea que debemos realizar consiste en controlar el ego, reducir su influencia en nuestro comportamiento y ser conscientes de los momentos en que el ego se apodera de nuestros pensamientos de forma tóxica y condiciona nuestras acciones.
En el momento en que nos demos cuenta de la influencia que tiene el ego malsano en nuestra vida, aprendamos a controlarlo y a decidir el comportamiento más adecuado para cada ocasión, podremos liberarnos de las actitudes tóxicas y conseguiremos vivir muchos más felices y en armonía con los que nos rodean.
Desarrollar tu Inteligencia Emocional es una buena clave para aprender a tener un ego saludable.
Cuando somos capaces de eliminar el ego negativo nos liberamos de actitudes que nos generan sufrimiento como, por ejemplo:
- La necesidad de tener siempre razón.
- La sensación de que los demás nos están ofendiendo o atacando continuamente.
- La necesidad de ganar y triunfar para sentirnos siempre los mejores.
- La ambición desmedida de poseer objetos materiales.
- La necesidad de ser siempre aceptado por los demás.
- La necesidad de reconocimiento por los demás para definir nuestra propia valía.
Si podemos controlar nuestro ego y aprendemos a eliminar sus aspectos negativos seremos más conscientes de lo que es verdaderamente esencial y conseguiremos ser más felices en nuestra vida y disfrutar de lo que es realmente importante.
Que el poder del ego positivo te acompañe ;-D 🧡