7 Signos de la personalidad ANSIOSA
La ansiedad puede irrumpir en la vida de cualquier persona desde diferentes perspectivas.
En ocasiones, se contextualiza en un período concreto en que la persona afectada se siente más vulnerable. Sin embargo, te quiero puntualizar que los síntomas pueden prolongarse más allá de un tiempo específico.
Esto ocurre cuando la persona tiene una personalidad ansiosa… que no «momentos de ansiedad puntuales».
¿Qué significa tener una personalidad ansiosa?
En este caso, la tendencia hacia la intranquilidad y el desasosiego se convierte en una característica vinculada al modo de ser.
Es decir, es un rasgo que se manifiesta de forma frecuente ante momentos de estrés, en situaciones nuevas, en etapas de incertidumbre, pero también en la rutina cotidiana.
Especialmente, cuando surgen imprevistos o factores que se perciben como adversos.
No es lo mismo sufrir de ansiedad a ser una persona ansiosa.
Es esencial identificar el origen de los síntomas que experimenta una persona, para gestionarlo de la forma más adecuada.
Y respecto a esto, hay que puntualizar algo importante:
El sufrimiento causado por un periodo de ansiedad hace referencia a un proceso que es temporal. Es decir, la respuesta emocional está relacionada con una situación específica y sus circunstancias.
Cuando la ansiedad está muy vinculada con la personalidad, el diagnóstico es diferente.
En este caso, los síntomas y las consecuencias de ello interfieren en la calidad de vida, el trabajo, las relaciones personales… y afectan de una forma más permanente.
7 signos de la personalidad ansiosa:
¿Qué características se manifiestan de forma habitual en este tipo de personalidad?. A continuación, te daré algunos detalles:
1. Rumiación
Es bastante habitual experimentar pensamientos repetitivos con un tono negativo.
Estas ideas producen un enorme desgaste emocional porque alimentan la preocupación y la exageración en torno a una idea.
2. Estado de alerta y de vigilancia
La persona también suele permanecer en estado de alerta para identificar posibles peligros en situaciones que se perciben como una amenaza (aunque esas situaciones no supongan un riesgo objetivo y real).
3. Miedo ante lo desconocido
Todos tenemos cierto miedo a lo desconocido, obviamente.
Sin embargo, la persona ansiosa experimenta un alto nivel de incomodidad en situaciones que se alejan de la rutina conocida.
Lo desconocido se percibe desde el temor, el pensamiento negativo, la desconfianza o la inquietud casi extrema.
4. Baja flexibilidad ante los cambios en la organización del tiempo
La búsqueda de la seguridad y del control es frecuente en personas que tienen una personalidad ansiosa.
Sin embargo, siendo realistas, es habitual que la programación del día no se adapte perfectamente al desarrollo de la jornada o de la forma en que queremos.
En ese caso, es posible que la persona ansiosa se sienta muy vulnerable o expuesta ante los cambios en general.
Y ya por experiencia, me atrevo a decir, que no le gustan las sorpresas. No son muy de su agrado.
5. Anticipación del sufrimiento
En ocasiones, la persona evita aquellas situaciones que le producen algún tipo de intranquilidad, anticipándose a un sufrimiento que vive como plenamente real.
Al visualizarse en ese escenario, imagina las emociones desagradables, las sensaciones incómodas y el malestar que puede llegar a experimentar.
6. Imagen negativa de sí mismo
La persona ansiosa experimenta pensamientos irracionales que tienen un tono dramático, incluso si se trata de si mismo/misma.
Considera que no posee los recursos y herramientas necesarias para afrontar ese obstáculo que le preocupa. Se siente indefensa ante esa dificultad.
Por ello, es frecuente que también adquiera una postura de victima, quejándose de todo y buscando la validación de los demás.
7. Dificultades para mantener la concentración en el trabajo y/o en la vida personal
Las dificultades para mantener la atención se intensifican en aquellos instantes en los que la persona está desbordada por un asunto que le preocupa.
Se le hace casi imposible desconectar de esa cuestión, puesto que su energía se alinea en esa dirección, interfiriendo en otras áreas de su vida como el trabajo y/o la personal.
Por tanto, los síntomas pueden ser concretos, puntuales y pasajeros. Todos tenemos momentos difíciles que afrontar que nos generan momentos de ansiedad.
Pero también pueden manifestarse de una forma más permanente si están vinculados con la personalidad de una persona ansiosa.
Sufrir de momentos de ansiedad como tener una personalidad ansiosa, sin duda alguna, implica un desgaste emocional y mental.
Sin embargo, quiero recordarte que el ser humano puede incrementar su resiliencia y alcanzar su bienestar emocional a través del autoconocimiento, el desarrollo personal, el aprendizaje de nuevos hábitos, la mejora de su inteligencia emocional y de ayuda especializada.